0 cookie(s) ● lunes, 18 de junio de 2012 ● 1:19:00
En una tarde tranquila, Kyuhyun y yo jugábamos Starcraft, cada uno encerrado en su propia habitación. Vi como en el chat mi compañero expresaba su molestia ante mis nefastas habilidades para el juego, a lo cual yo respondí con un sincero "Te amo". Al cabo de unos segundos escuché pasos corriendo hacia mi habitación.—¡Yo también Donghae! —exclamó Kyuhyun abriendo la puerta de golpe
Los dos nos miramos con ternura para luego largarnos a reír.
0 cookie(s) ● viernes, 9 de marzo de 2012 ● 4:19:00
Se sentó frente el computador, eran las 4 a.m y no había escrito ni una sola línea de la novela que debía entregar en unos días más a la editorial.
Donghae era un famoso escritor de novelas dramáticas con finales trágicos, su popularidad había aumentado con la última saga que había escrito: "Sinfonía Eterna". Los vampiros estaban muy de moda por esos días y un libro que contará la historia de dos adolescentes relacionados con ese universo era grito y plata. Además hay que ser sinceros, Donghae era un joven muy guapo, alto, con músculos bien formados, un peinado a la moda, ropa de marca y todo ese tipo de cosas que poseía un millonario a temprana edad. Todo esto sumado a su acierto literario daban como resultado a uno de los escritores más populares de la década.
Sin embargo, la fama, los excesos, las mujeres y el real desinterés que tenía ahora en los libros lo habían llevado a una sequía de ideas gigantesca que parecía no tener final. Hace meses que se sentaba frente al computador, frente a un cuaderno e incluso frente a su máquina de escribir, sin ser capaz de escribir palabra alguna; las palabras simplemente se rehusaban a salir de sus pensamientos y entonces terminaba haciendo lo mismo todas los noches: iba a un bar a beber, se acostaba con la primera mujer que se le cruzaba y a la mañana siguiente despertaba con una resaca terrible y pensando en como deshacerse la chica de la cual ni su nombre era capaz de recordar. Pero esta semana quería cambiar esa actitud, estaba decidido en no irse a dormir sin haber escrito algo de su nueva novela.
Ahí estaba, esperando que la inspiración divina llegara hasta su cabeza, miraba la hoja vacía de word, observaba las cosas que tenía en el escritorio, se fijaba en cada uno de los detalles de su habitación, jugaba con sus dedos, revolvía su cabello, se ponía de pie y caminaba por la pieza y de vez en cuando miraba el exterior a través de la ventana, pero la hoja de word seguía en blanco...
-¡Un café!- exclamó dando un pequeño y fugaz aplauso-eso es lo que necesito
Salió de su habitación, camino por el pasillo a oscuras hasta llegar al comedor, se acercó hasta el interruptor para encender la luz pero prefirió no hacerlo puesto que la luna iluminaba su camino; siguió su recorrido hasta la cocina, abriendo la puerta con cuidado de no chocar. Trató de ver donde iba poniendo sus pies, pero lamentablemente la luna no lo acompañaba en esta habitación, con su mano izquierda fue palpando la muralla hasta encender la luz cuyo interruptor no estaba muy lejos. Revisó en todos los estantes y gavetas de los muebles pero no encontró ni siquiera un grano de café. Suspiró pesadamente, fue hasta su habitación, tomó las llaves y una chaqueta y salió del departamento hasta el ascensor
-Si el café no me ayuda estoy perdido- murmuró pulsando el botón del ascensor
El elevador se demoró bastante minutos en llegar a su piso, estaba impaciente, no podía perder mucho tiempo, faltaban pocos días para la entrega de la novela. Cuando al fin se abrieron las puertas subió con rapidez rogando porque nadie más quisiera usar el ascensor a las cuatro de la mañana; presioné el botón del primer piso y lentamente vio como las puertas se iban cerrando frente a sus ojos, en cuestión de segundos ya estaba abajo, saliendo del elevador y dirigiéndose hacia las afueras del lujoso hotel. Caminó durante varios minutos en línea recta buscando una tienda que estuviera abierta a esas horas, para su fortuna había una a no muchas cuadras del hotel. Era pequeña, bastante modesta y humilde, pero no por eso tenía sus estantes vacíos, sin embargo demostraba que hace años necesitaba al menos una mano de pintura; recorrió la tienda buscando café instantáneo, su última esperanza para volver a tener la tan anhelada inspiración literaria; se paró frente al estante donde estaban las bolsas de té y otras hierbas, con alivió acercó su mano hasta el último tarro de café que quedaba en la tienda, pero para su fortuna o desgracia, cuando ya su mano estaba sobre el tarro, se encontró con otra que la rosó levemente, produciendo un pequeño calor dentro de su estómago que en instantes recorrió todo su cuerpo, volteó su cabeza y grande fue su sorpresa al encontrarse con un viejo conocido
-Parece que tú agarraste primero el tarro de café- le dijo su conocido retirando su mano y escondiéndola en el bolsillo de su pantalón esbozando una leve sonrisa -ha pasado bastante tiempo Donghae- murmuró fingiendo mirar el estante
-Kibum...- musitó sorprendido el castaño -no nos vemos desde...- intentó hacer memoria
-Desde que nos graduamos de la escuela, desde ese día tomamos caminos separados, yo me dediqué a convertirme en un cantante famoso- suspiró orgulloso de si mismos y de todos los éxitos que había conseguido -y bueno tú- dijo en tono despectivo -te dedicaste a escribir novelas, he sabido por los diarios que la vida te ha tratado bastante bien- una sonrisa burlesca se formó en su rostro, sabiendo muy bien los escándalos que el mayor había ocasionado desde que se convirtió en un escritor famoso
-No intentes burlarte- abrió un poco sus labios como era su costumbre cuando estaba algo molesto -ahora mismo tengo problemas con mis novelas y esto- tomó con fuerza el tarro de café y lo puso cerca del rostro del contrario -es lo único que me puede ayudar, así que si me disculpas, iré a pagarlo- caminó en dirección a la caja, esperando poder salir rápido de la tienda
-Déjame adivinar, problemas de inspiración ¿Verdad?- camino tras él a paso lento -¿Por qué no escribes la historia de dos jóvenes amigos que se enamoran, que comienzan una relación a escondidas porque saben que su amor está prohibido, pero que luego uno de ellos se da cuenta de que el otro no es alguien que lo pueda ayudar en su futuro y apenas se gradúan de la escuela lo abandona? el resto de la historia la conoces- Salió de la tienda con una sonrisa victoriosa en su rostro, se subió a su moto y luego de un escandaloso ruido del motor de aquella máquina hizo lo que mejor sabía hacer, desaparecer.
Donghae, furioso por aquel encuentro, apenas pagó el café salió iracundo y emprendió el camino de regreso al hotel, tardando mucho menos de lo que esperaba. Entró al hotel, se subió al ascensor, llegó hasta su piso y se dirigió hasta la puerta de su departamento, la contempló durante algunos minutos, la rabia que sentía hacía algunos momento poco a poco se iba desvaneciendo. Sacó del bolsillo de su chaqueta las llaves y entro a su departamento que aún era iluminado pro la luz de luna. Sin darse cuenta como caminó hasta la cocina, se preparó su café y en menos de lo que canta un gallo estaba sentando frente a la hoja de word en blanco. Bebió un sorbo del café recién preparado que quemó su lengua, paladar y garganta, pero eso parecía no afectarlo. Lágrimas brotaron de sus ojos provocadas por su propia estupidez, había sido humillado nuevamente por la persona que tanto odiaba, pero que a la vez era la misma que hace años no podía sacar de su corazón. Se imaginó como hubiese sido su vida si los sentimientos de Kibum hubiesen sido sinceros, si hasta el día de hoy estuviesen juntos; comenzó a escribir con fluidez, a pesar de que sus ojos llenos de lágrimas le entorpecían la visión y así se fueron llenando páginas de word durante toda la noche.
Etiquetas: Cap.1, DongHae, Fiction, KiBum, KiHae
0 cookie(s) ● sábado, 14 de enero de 2012 ● 14:54:00
Esta es la lista de todos los seriados, one-shot, drabbles y otras cosas que he escrito ♥~Silent Twist:
Capítulo 1 ~Capítulo 2~Capítulo 3~Capítulo 4~Capítulo 5~Capítulo 6~Capítulo 7~Capítulo 8 [Final]
Slice of Black Chocolate
Capítulo 1~Capítulo 2~Capítulo 3~Capítulo 4~Capñitulo 5~Capitulo 6~Capítulo 7~Capítulo 8~Capítulo 9~Capítulo 10~Capítulo 11~Capítulo 12~Capítulo 13~Capítulo 14~Capítulo 15~Capítulo 16 [¿Final?]~Capítulo 17~Aviso importante
You are my endless love
Capítulo 1~Capítulo 2~Capítulo 3
♠Drabble:
No más [HanChul]
Correcto [KyuMin]
Puff - The magic dragon
¿Dónde está? [KangTeukMin]
Beso Fugaz [KiHae]
Todo está bien [EunHae]
Ronquidos [YeWook]
Sólo amigos [KiHae]
♣One-Shot:
Nuestro viaje a China [ELF x Zhou Mi]
Ojos Negros [YeHyun] (Especial de Halloween)
0 cookie(s) ● lunes, 26 de diciembre de 2011 ● 4:26:00
-Inspírame- susurró cuando lo vio conectado en msnEn instantes comenzó a escribir la más hermosa historia de amor jamás contada, inspirada sólo en los momentos que habían vivido juntos. Nunca habían sido más que amigos, pero eso no impedía a su imaginación crear situaciones donde el romance y la pasión se desbordaban. Pero Donghae era feliz así, siendo solamente el mejor amigo de Kibum, escribiendo todas las noches historias de amor..
Etiquetas: Drabble, KiHae, Solo amigos
0 cookie(s) ● domingo, 13 de noviembre de 2011 ● 21:29:00
-¡Ahh!- exclamé mientras ponía mis manos en la cintura y respiraba el aire limpio y fresco de aquel hermoso lugarEra nuestro primer día de la semana de vacaciones que nos dieron en la empresa. Junto con Shindong decidimos ir a una casa cerca de un lago que tenía la familia de Yesung, nos advirtió que podría estar sucia y que nos tocaría hacer el aseo, pero eso no me importa, al fin y al cabo Yesung siempre termina haciendo las cosas por mi…
-Kyuhyun, está bien que seas el menor, pero no esperes que baje tu maleta del auto- me dijo Yesung con esa expresión tan particular suya
No tuve más remedio que tomar mi maleta y llevarla hasta la entrada de la casa. Shindong ya estaba muriendo de hambre aunque comió durante todo el viaje; le repetí una y mil veces a Yesung que nos perjudicaría traer a Shindong porque nos quedaríamos sin comida.
Entramos en la casa e inmediatamente comenzamos a toser, estaba todo cubierto por el polvo, por suerte,el lugar era pequeño y no se demorarían en limpiar. La casa era de un solo piso, contaba con una cocina, baño, tres dormitorios y un comedor, detrás de ella, a pocos metros, estaba el lago que se podía observar por la ventana de la que obviamente sería mi habitación. No había televisión, computador, señal de teléfonos, electricidad, ni mucho menos Internet, mi notebook no me salvaría; esta sería una semana muy larga.
Dejé mi maleta a un lado de la cama y fui a ver como Yesung ordenaba la comida en el refrigerador mientras que Shindong se echaba en una de las polvorientas sillas, como si se hubiese cansando por entrar su maleta y dejarla cerca de la puerta de entrada.
-¿Alcanzaremos con toda esa comida para la semana?- le pregunté teniendo la esperanza de que me contestara que no y que deberíamos ir al pueblo a comprar, pueblo donde por supuesto había Internet
–Claro que si – me contestó matando todas mis ilusiones –Tú y yo comemos poco, casi todo esto es para Shindong
– ¿Cuándo compraron esta casa tus padres? – le pregunté cambiando de tema y disimulando mi molestia
–Cuando JongJin y yo éramos pequeños, pareciera que fue ayer cuando jugábamos con los otros chicos – Se sentó en el suelo a recordar mientras miraba la comida en la nevera
– ¿Otros chicos? ¿Es que por estos lados vive más gente – ¿Qué clase de persona podría estar tan loca como para vivir acá? Aún no podía creer lo que estaba escuchando
– No lo sé, pero ellos siempre estaban cerca del lago, a la misma hora, esperándonos para jugar
Sentí a Yesung perdido en sus recuerdos, con su vista al frente pero era notorio que no estaba mirando el contenido de la nevera. Lo dejé tranquilo y fui a la que ahora era mi habitación, a mirar por la ventana aquel lago donde esos chicos, de los que no sabía nada, esperaban a Yesung y a su hermano para jugar todos los días, a la misma hora y fue entonces cuando yo también comencé a perderme, poco a poco, con la vista fija en el lago
– Quiero conocerlo – susurré para mi mientras me apoyaba en el marco de la ventana sin quitar mi vista del lago
¿Qué era lo que me atraía de aquel lugar? Generalmente de lo único que no puedo quitar mi vista era de la pantalla de mi computadora. Pero esta sensación era distinta, me sentía tranquilo, completo, sin preocupaciones y a la vez con un terrible temor y con malos presentimientos; se sentía horriblemente raro, pero no puedo negarlo, me gustaba esa sensación.
– ¿Quieres ir a verlo? – Me sobresalté al escuchar a Yesung, siempre tenía esa manía de aparecer sin que nadie se diese cuenta. Quizás su presencia en mi habitación era lo que provocaba mi temor y malos presentimientos.
– Me encantaría – le dije despegándome por fin de la ventana
Me hizo un gesto para que lo siguiera, y yo sin pensarlo dos veces salí tras él. Le preguntamos a Shindong si quería ir, sin embargo ya estaba profundamente dormido en la silla, cuando despertara nos vaciaría la nevera.
Salimos de la casa, la rodeamos y nos fuimos en dirección al lago. El camino estaba rodeado con grandes árboles que nunca había visto. El otoño había comenzando y las hojas de los árboles caían sin cesar, cada vez que dábamos un paso se oía el crujir de las hojas secas que hace varios días se habían estado acumulando, esperando que algún extraño caminara sobre ellas. Caminábamos en silencio, era común entre nosotros, además de que cado uno iba sumergido en sus propios pensamientos. Quería ver pronto ese lago que desde mi ventana parecía tener aguas cristalinas, nunca había imaginado algo así; era lamentable que el camino se estuviese haciendo cada vez más largo, mis ansias crecían a medida que nos acercábamos, desde la ventana el trayecto se veía corto, pero estando acá, recorriendo el sendero, todo se hacía eterno…
Caminamos unos minutos más y llegamos por fin al lago, lo que había visto a través de la ventana era verdad, el lago tenía aguas cristalinas, pero extrañas, parecía que brillaran dejando un brillo azulino alrededor del lago, era un espectáculo digno de fotografíar, pero mi celular estaba en la casa, justo cuando más lo necesitaba.
Cerré mis ojos y me entregué a todas las sensaciones que ese lago me daba, sé que Yesung se estaba internando en sus recuerdos, así que, con toda tranquilidad, podía dejarme invadir por ese sentimiento tan extraño; sentía esa paz, calma, serenidad que hace mucho había olvidado, pero también algo dentro de mi me decía que debía alejarme de ese lugar, era un algo que desde que entramos en esa casa no podía sacar de mi.
– Mis padres comentaron una vez – Yesung me sacó de mis pensamientos – Que en este lago murió una familia ahogada, el padre los fue metiendo en el lago uno por uno y al final se suicidó; es debido a las lágrimas de la familia que el lago tiene sus aguas tan cristalinas – Se agachó para meter su mano en el agua mientras terminaba de relatar su historia – Es una leyenda de este lugar, no sé si será cierta
Por supuesto que Yesung me estaba intentando intimidar con su historia, estábamos en medio de la nada, solos y sin poder pedir ayuda, lo único que quería conseguir era asustarme…y lo estaba logrando, pero no iba a dejar que él lo notara, mi orgullo podía más en esos momentos.
– Se parece a la historia de un videojuego…pero no logro recordar el nombre – fue lo único que atiné a decir
– Regresemos – ordenó
Antes de que pudiese objetar su decisión él ya había emprendido el camino de regreso, no tuve más remedio que seguirle el paso o podría perderme y eso era lo que menos quería en un lugar como este. Caminé detrás de él, ya había oscurecido ¿Cuánto tiempo pasamos en el lago? Apenas habíamos llegado en la tarde y ya era de noche, corría una brisa helada que provocaba que mi piel se pusiera como la de una gallina. Me quejé del frío del lugar, sin obtener ninguna respuesta de mi compañero, estaba sumergido en sus pensamientos y recuerdos; escuché rugir mi estómago y comencé a apurar mi paso, a pesar de que Yesung parecía no estar presente también aceleró su caminar. El camino de regreso se hizo más corto, a pesar de que fue más tedioso, no tenía esa ansiedad por conocer aquel lago, sólo un vacío en mi estómago. Entramos en la casa y estaba Shindong, sentado en el comedor…comiendo.
–¡Al fin llegaron! ¡No vuelvan a dejarme sólo en este lugar! – dijo apenas nos vio
– ¿Qué pasó? ¿Viste a algún fantasma? – le respondí en tono de burla
– No, pero vinieron dos niños muy extraños a tocar la puerta apenas se oscureció – contó mientras le daba un mordisco al sándwich de carne y queso que se había preparado
– ¿Qué querían? – le preguntó Yesung sacando de la nevera un vino del cual antes no me había percatado de su existencia
– Entrar a la casa, dijeron que estaban perdidos y que necesitaban refugio porque comenzaría a llover…pero ha estado despejado todo el día – Su miedo era evidente cada vez que recordaba aquel momento
– Debiste haberlos dejado pasar, sólo eran niños perdidos, aigoo – le reproché mientras observaba como Yesung sacaba paquetes de papas fritas
–Vamos afuera a comer – últimamente todo lo decía en tono de orden
– No gracias, prefiero ir a dormir, estoy cansado – dijo Shindong mientras se levantaba de la silla – y asustado – agregó en un susurro
Salimos con Yesung y nos fuimos a lo que podría ser el patio trasero de la casa, nos sentamos en el pasto iluminados por la luz de la luna y sólo entonces me di cuenta de todas las peripecias que tuvo que hacer para traer la botella de vino, las copas y los paquetes de papas fritas. Intenté ayudarlo pero no me dejó, siempre me trataba y me cuidaba como si fuese su hermano pequeño. Después de sus intentos frustrados de organizar las cosas que llevaba en los brazos, optó por tirarlas todas al pasto, fue una escena divertida ver su frustración al no poder organizarse, pero más divertido fue ver como le saltaban las papas fritas en su cara cuando abrió de mala forma el paquete. Fueron unos minutos de mucha risa, hasta que noté que comenzaba a enojarse ¿Por qué siempre era tan enojón? Sirvió el vino en las copas, me conocía muy bien y era de su noción que la copa de vino me calmaría. Tomé la copa y bebí su contenido con lentitud, no quería emborracharme, aún permanecía en mí ese extraño sentimiento
– ¿No se suponía que tú no bebías? – le pregunté al ver que como yo estaba bebiendo la copa de vino
– Sólo por esta noche… – me contestó mirando las estrellas
Yesung estaba un poco raro, él jamás bebía y jamás había estado tan callado ¿Estaba molesto? No, su cara demostraba absoluta tranquilidad. Seguimos bebiendo vino y así se fueron una, dos, tres y cuatro botellas
– Estoy preocupado por esos chicos – mencionó mientras trataba de ponerse de pie – Los iré a buscar, no deben estar muy lejos si estaban perdidos –
– Iré contigo – le dije mientras lo afirmaba. Era la primera vez que bebía y no lo podía dejar caminar solo
Nos adentramos entre los árboles mientras nos reíamos, estábamos borrachos y no nos importaba nada más; el buscar a los chicos no fue más que una escusa para salir a caminar y vivir alguna aventura. Sin darme cuenta llegamos al lago, se veía mucho más hermoso en la oscuridad, pudiéndose apreciar mejor su brillo azulino
– Bañémonos – ordenó Yesung ebrio, acto seguido comenzó quitarse la ropa
– Hazlo tú solo – le dije mientras, sin ningún motivo aparente, comencé a quietarme la ropa también
Entré en el lago siguiendo a Yesung con un poco de temor. El agua estaba helada, pero no sentía frío, debió ser porque estaba ebrio. Sin previo aviso Yesung comenzó a lanzarme agua mientras tambaleaba y yo le respondía con suavidad ¿Cómo era posible que el hermano menor terminara cuidando al mayor?
– Ya salgámonos, estás muy ebrio – le ordené
Lo tomé del brazo para sacarlo, pero no quiso hacerme caso, entre movimientos raros logró ponerme en uno de los bordes del lago, sin posibilidad de escapar, me miró fijamente y…creo que ya estaba comenzando a ver dos Kyuhyun porque sus ojos estaban perdidos; dejó caer su cabeza en mi hombro
– No quiero – musitó como un niñito
A los pocos segundos pude sentir como depositaba pequeños besos en mi cuello
– Está bien, nos quedaremos un rato más – Le dije intentando apartarlo
Los besos en mi cuello se empezaron a intensificar, podía sentir como con su lengua iba marcando un camino que luego recorrería con apasionados besos; esto, lejos de molestarme, me gustaba. Con una mano comencé a recorrer su espalda y con la otra le acariciaba el pelo, deseando que a cada segundo sus besos fuesen cada vez más desenfrenados. Sentí como mi corazón comenzaba a arder y mi cuerpo se llenaba de pasión, era algo imposible de controlar. Comencé a lanzar pequeños gemidos mientras él con sus manos recorría mi cuerpo, cada vez le pedía más y el no escatimaba en caricias y besos para complacerme. Hasta que escuchamos un grito.
– ¡Shindong! – exclamó saliendo con rapidez del lago, parecía que ya no estaba ebrio, quizás nunca lo estuvo…
Se puso la ropa mientras que yo salí un poco atontado y aún con la temperatura alta por lo que había sucedido, me puse la ropa y salí corriendo tras él, aún se podían escuchar los gritos de Shindong pero de pronto, todo se calmó, no corrió ni siquiera una suave brisa, nosotros continuamos corriendo en dirección a la casa. El camino de vuelta siempre parecía ser más corto que el de ida. Llegamos y lo primero que notamos era que la puerta estaba abierta; entramos con cuidado, estaba todo oscuro por lo que no pude ver bien al principio y hubiese preferido seguir sin ver. Un ojo rodó al lado de mi pie, sobre la mesa había unas tripas, las murallas, las sillas, la mesa, toda la casa estaba llena de sangre, sentados en el suelo, acuchillando lo que quedaba de Shindong estaban dos niños, uno más pequeño que el otro. Yesung, inmóvil a mi lado no pudo hacer más que observar con la boca abierta; no fui capaz de moverme, sabía que si hacía ruido ellos se darían cuenta de nuestra presencia y tendríamos el mismo final de nuestro amigo. Todo el lugar tenía un olor putrefacto que provocaba náuseas y los niños, como si fuese algo cotidiano, continuaban acuchillando el cuerpo; de pronto, comenzaron a reír, disfrutando de lo que estaban haciendo, no pude aguantar más y me abalancé sobre uno de ellos intentando quitarle el cuchillo, pero ese pequeño era mucho más fuerte que yo y fui incapaz de moverlo, se volteó y pude ver sus ojos completamente negros
– ¡Kyuhyun! – escuché el grito desgarrador de Yesung
El más pequeño se había puesto de pie y caminaba en dirección hacia mí. Con un solo movimiento de brazo fue capaz de lanzarme lejos, mi cabeza chocó contra la muralla y quedé ahí, inconsciente. No sé cuanto tiempo paso, pero desperté en el que ahora era mi cuarto, desde la cama fui capaz de ver como Yesung estaba mirando el lago a través de la ventana, pero sólo le veía la espalda, desde ahí no le podía ver el rostro
– ¿Dónde están los niños? – le pregunté, pero no obtuve respuesta, supuse que estaba concentrado en sus pensamientos y volví a preguntar – Yesung ¿Dónde están los niños? – sin embargo seguía sin responder
Sin poder olvidar la horrible imagen de los niños riendo mientras acuchillaban el cuerpo de Shindong, me levanté de la cama, un poco mareado y con náuseas. Me acerqué con cuidado hacia él, mi corazón palpitaba más rápido, algo me decía que todo estaba mal y que debía salir corriendo de esa casa, pero confiaba en el que hace unos momentos me había amado en el lago. Llegué hasta él y toqué su hombro con suavidad, no quería asustarlo; se volteó con lentitud y entonces los vi, sus ojos, iguales a los de aquellos niños, incluso, aún más negros.
– Tú…–
Fue lo único que alcancé a decir, antes de sentir como un cuchillo afilado atravesaba mi abdomen. Grité, aunque sabía que nadie me iba a escuchar, tenía miedo; intenté correr, pero él me tomó del brazo, con la misma fuerza con la que el pequeño de ojos negros me había lanzado contra la muralla. Siguió atravesándome con el cuchillo hasta que caí al suelo. No podía moverme, el dolor era intenso, tanto que luego de unos minutos dejé de sentir mi cuerpo; él estaba ahí, mirando como yo me revolcaba de de dolor en el suelo, sin ninguna expresión. Se agachó, se acercó a mí y comenzó a enterrar con más fuerza el cuchillo, ya no podía gritar, ya no tenía nada más que hacer. Cerré mis ojos y él comenzó a reír desenfrenadamente, disfrutando del momento.
Etiquetas: Ojos Negros, One-shot, YeHyun
0 cookie(s) ● jueves, 8 de septiembre de 2011 ● 1:44:00
Aunque intentaste aferrarte al marco de la puerta, no lograste que Ryeowook y Yesung te soltaran, al parecer eran mucho más fuertes de lo que aparentaban. Sin más remedio y casi resignada dejaste que ellos te guiarán quizás a donde, suponías, por la mala traducción que hiciste, que se dirigían a una tienda o en último caso a un supermercado, aunque lo dudabas, era muy temprano para que gente tan famosa como ellos saliera sin ser reconocidos y armar un alboroto. Sin darte cuenta ya habías bajado por el ascensor al estacionamiento y te habías subido a un auto. Como conductor iba Yesung y en el asiento del copiloto iba Ryeowook, al darte cuenta de esto, automáticamente tu imaginación comenzó a volar pensando en todas las situaciones yaoi que podrías observar sentada en la parte trasera del auto.-Debemos esperar un poco a los demás, pronto iremos a comprar lo que necesites para cocinar- te dijo Ryeowook mientras volteaba para mirarte, al ver tu expresión le dijo a Yesung en un tono preocupado
–Parece que no me entiende-
-Claro que no te entiende, es extranjera, no debe hablar coreano- Le contestó el chico mientras se recargaba en su asiento esperando a los demás
-Yo ser extranjera pero entender, poco, pero entender- le dijiste mientras observabas con cuidado cada detalle del auto, porque quizás esta sería la primera y última vez que te subirías a ese auto
En ese instante, sentiste que otras dos personas entraban al auto y te dejaban a ti entre medio de ellas; miraste a tu derecha y viste a Shindong, luego miraste hacia tu izquierda y viste a Kyuhyun, pegaste tu vista al frente, estabas muy nerviosa y no podías creer que estuvieses en un auto rodeada por los chicos de Super Junior. Lentamente volteaste a ver a Kyuhyun, ahora que lo tenías cerca podías ver con claridad todo su rostro. Él al darse cuenta de que lo estabas mirando se volteó y fijo su intensa y penetrante mirada en ti, tragaste saliva mientras sentías como te desvanecías, prácticamente habías caído en el hechizo de los ojos de Kyuhyun, sin embargo, en tu mente tenías claro que frente a él no podías bajar la guardia, podría tener una carita de niño bueno, pero como buena ELF sabías que era el más malvado de todo SuJu. Volteaste tu mirada rápidamente hacia Shindong, él, más amable que Kyuhyun, te dio una amable sonrisa haciéndote sentir en una nube de algodón de azúcar.
-¿Podemos ir a comprar ya? Estoy muriendo de hambre- Se quejó Shindong al ver como Ryeowook y Yesung discutían para saber a que tienda ir
Al escuchar a Shindong, Yesung no tardó en poner en marcha el auto. Recorrieron aproximadamente dos cuadras y llegaron al supermercado, lo que te hizo preguntarte ¿Para qué ir en auto al pequeño supermercado que estaba a dos cuadras del edificio? No lo lograbas comprender, pero no tuviste el coraje para preguntar, además debemos recalcar el hecho de que tu coreano era bastante básico
-Bájate del auto- te dijo Kyuhyun mientras sujetaba la puerta del auto esperando que salieras
Te despertó de tus pensamientos y te diste cuenta que ya todos habían salido del auto y tú, aún estabas ahí adentro como la mayor de las tontas pensando. Con un poco de dificultad bajaste del auto, mientras hacías una nota mental “Apenas vuelva a mi hermoso país me pondré a dieta y hacer ejercicios como loca...lo juro!”. Kyuhyun cerró la puerta tras de ti y entraron con rapidez al supermercado, no querían perder mucho tiempo, Shindong tenía hambre y si seguía así, toda la cena iba a ser para él. Yesung tomó un carrito y lo condujo por poco tiempo hasta que Kyuhyun se lo quito con la escusa de que podría provocar algún accidente… “Como si él no provocara accidentes” pensaste mientras veías tan divertida escena.
El primer pasillo que recorrieron fue el de los jabones, shampoo y esas cosas, estabas viendo todo con mucha atención y riéndote en silencio de los nombres que tenían los diferentes productos, hasta que lo viste y de inmediato se te vino a la mente la canción “Happy, Happy, Happy Bubble parapapa”. Sin pensarlo dos veces (digamos que eso de pensar antes de actuar no va contigo) tomaste la crema de limpieza facial de happy bath, te plantaste al lado de Kyuhyun y comenzaste a cantar y bailar “Happy Bubble”. Él perplejo y anonadado ante tan extraña actuación no pudo hacer más que sonreír y acompañarte en tu actuación. De pronto te viste en un pasillo del supermercado cantando y bailando “Happy Bubble” junto a Kyuhyun promocionando los productos de happy bath, mientras eran aplaudidos por Ryeowook, Yesung y algunos niños que estaban recorriendo el supermercado; Shindong por otro lado, estaba impaciente por ir a comprar los ingredientes para la comida. Sin embargo, lo bueno no dura para siempre…
-¡Hey! ¿Qué están haciendo?- dijo una voz conocida interrumpiendo tu actuación
continua acá
Etiquetas: Cap.3, DongHae, Fanfic, SaHe, Sapphire Heart, You are my endless love
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Yesung estaba roncando horriblemente fuerte esa noche, tanto que no era capaz de conciliar el sueño a pesar de estar acostumbrado a los ruidos de su compañero-Aigoo, así no se puede dormir!- Exclamó el pequeño en forma de queja, aunque nadie pudiese escucharlo
Se levantó de su cama y con cuidado se acercó hasta la de su compañero. Lo observó durante uno segundos y entre risitas se fue acercándole hasta besarlo; causando así el cese de los ronquidos y la casi muerte de Yesung por asfixia
Etiquetas: Drabble, Ronquidos, YeWook